El legislador de CCARI Jorge Ocampos se refirió al conflicto que mantiene el paraje con la Cooperativa CALF, por el suministro de energía eléctrica.
«Los gobernantes de Rio Negro y de Cipolletti deben comenzar a darle a los miles de vecinos de Las Perlas, la atención que merecen.
Hay que terminar con el olvido, el abandono, las medidas y decisiones circunstanciales, sobre un centro poblado que ha tenido uno de los crecimientos demográficos más pronunciados en los últimos años. Y seguramente, es hoy una de las poblaciones más numerosas ubicadas al sur de los ríos Limay y Neuquén y las que menos reciben en recursos y servicios desde la administración de Viedma.
Hoy está en riesgo la continuidad de un servicio eléctrico, precario sí, pero que permite una comodidad básica a miles de personas que viven allí.
Todo por la falta de previsión y por el abandono al que me referí antes. Como un día, la cooperativa eléctrica de Neuquén cruzó un cable sobre el Limay y llevó la energía a toda esa zona, desde la intendencia de Cipolletti y los despachos de Viedma, dejaron que el tiempo transcurriera.
Ahora la Cooperativa de la capital vecina está en crisis y quiere cobrar por sus servicios. No quiere seguir haciendo beneficencia, porque sus números ya tienen un rojo pálido que se va oscureciendo mes a mes.
Llegaron los apuros, en un equipo gubernamental que sabe de acumular problemas pero con escasa capacidad para resolverlas. Ejemplos, hay por centenares.
Y aparecen las voces destempladas, oportunistas, absurdas y carentes de propuestas, que son la llave para esta situación.
El intendente Baratti, directo responsable político de aquella jurisdicción desmembrada del ejido cipoleño, se lava las manos, adjudicando el problemas a la inestabilidad política e institucional que ha tenido la Cooperativa CALF. Es cierto, esa entidad ha tenido convulsiones internas. Pero esto ocurrió hace unos meses y el suministro eléctrico a la margen sur, viene de décadas.
El intendente de Neuquén, por su lado y sin que nadie lo invitara a participar, sentencia que CALF debe cortar el servicio y que Rio Negro debe pagar. Si reconociera que gran parte de los miles de habitantes de Las Perlas emigraron de su municipio porque no le pudieron resolver problemas básicos, tal vez sería más prudente.
Pero lo real y concreto es que al problema hay que solucionarlo. El gobierno de Rio Negro y la intendencia de Cipolletti no pueden seguir teniendo participaciones retóricas. Tienen dos caminos: O conviene con CALF la continuidad del servicio a través de algunos de los mecanismos técnicos que le han presentado (Ej. Poner un gran medidor a la entrada a Las Perlas, CALF entrega allí energía, Rio Negro la distribuye y la cobra o no, pero le paga a CALF); o la pone a Edersa a trabajar contra reloj, para llegar con un tendido eléctrico hasta esa zona.
Es la única forma de solucionar este problema básico para miles de pobladores que se sienten rionegrinos solamente porque ocupan un pedazo de suelo de esta provincia, pero a la vez sienten el abandono y hasta el desprecio de sus gobernantes.