El etiquetado de la eficiencia energética en viviendas es un proyecto nacional que se busca que quede indicado la clase de eficiencia (escala de letras desde la “A” hasta la “G) asociada al consumo de energía que requiere la propiedad en todos sus aspectos: energía primaria para calefacción y refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación.
El proyecto está basado en la Norma IRAM 11900 la cual determina el “Método de cálculo y etiquetado de eficiencia energética”.
Es un documento elaborado por los especialistas y sectores profesionales que forman parte del Subcomité de Eficiencia energética en edificios de IRAM, establece un cambio de paradigma en lo que respecta a la evaluación de la eficiencia en edificios.
Desde el año 2017 la subsecretaria de la nación junto con el gobierno de España, implementan un programa de formación de certificadores energéticos en Argentina. Ya se realizó con éxito en Buenos Aires, Rosario, Santa Fe (donde ya es ley desde hace dos semanas), Bariloche, Tucumán y Mendoza. Se está trabajando este año en Salta y Córdoba.
Relevamiento en Mendoza
En el 2018 se realizó una convocatoria de 50 profesionales en Mendoza para realizar el relevamiento de 200 viviendas del parque inmobiliario actual de Mendoza. Los resultados se determinaron a través de un software online, muy complejo y avanzado, brindado por la secretaria de energía de la nación, en donde se cargaban cientos de datos y características de cada vivienda para poder calcular el Índice de Prestación Energética.
El IPE se podría definir básicamente como la cantidad de energía (Traducido en cantidad de calor) que tengo que aportar o extraer de esa vivienda para que logre las condiciones de confort mínimas, es decir, para que la temperatura interior de la vivienda no esté por debajo de los 20º en invierno y no que no supere los 24º en verano.
Hay que tener en cuenta que ya se están desarrollando las leyes provinciales para su implementación obligatoria en cada provincia.
Diseño racional
Esto impactara inevitablemente en el diseño de la vivienda, lo que obligará a que la arquitectura se plantee en forma racional con respecto a la energía. Se suman como condicionantes fundamentales de proyecto el confort y la funcionalidad del inmueble. Es necesario contemplar materiales aislantes para la envolvente del edificio y la cubierta de techo, aberturas de alta prestación, una correcta orientación espacial del proyecto, priorizar forestales, contemplar aleros, entre otros.
No nos tiene que dar lo mismo una vivienda que logra aclimatarse naturalmente que requerir muchos equipos de refrigeración y calefacción que tienen altos consumos de energía. Toda energía que consumismos tiene costos, no solo para uno sino para todos. La matriz energética de argentina se compone casi en un 80% de combustibles fósiles. Si consumimos electricidad en una vivienda del otro lado de la red se están quemando combustibles fósiles para producir energía.
Es muy importante que existan profesionales de la construcción que incorporen métodos constructivos que logren eficiencia energética y puedan asesorar a los propietarios respecto a todos sus beneficios.
La implementación de la etiqueta de eficiencia en las viviendas impactara muy probablemente en su valor inmobiliario, ya que es un documento que se exigirá junto a la escritura del inmueble, y no será lo mismo una vivienda que logre menores costos en las tarifas de energía eléctrica y combustibles para calefacción y refrigeración.
En muchas partes del mundo actualmente se utiliza la etiqueta como una característica principal del inmueble para tomar decisiones como compra o alquilar.
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