Las obras están prontas a finalizarse y el complejo aportará 684 MW de potencia.
Centro, corazón, médula, esencia, núcleo: miles son las formas de nombrar el lugar en que confluye todo. En una planta, el reactor nuclear es el punto y allí hay que llegar para ser testigos del proyecto de la Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse, una obra de ingeniería sin precedentes en el país.
La combi avanza en las rutas cordobesas hacia Embalse para develar de qué se trata “extender la vida”. El trabajo, lo emprendieron hace más de diez años y la convierte en la tercera central en el mundo que se somete a una intervención de éstas características.
Al llegar a la planta los edificios gigantes cercanos al lago, que como no podría ser de otro modo se llama Embalse, dan la bienvenida. En el estacionamiento hay siete colectivos más algunos autos de los empleados. El guía cuenta que hay mucho movimiento por los obreros que llegan cada día a trabajar en el proyecto.
Para acceder a la planta, el primer paso es una selfie. En mesa de entrada, dos mujeres fotografían a los visitantes. Les dan la credencial y al pasarlas por el visor se activan los molinetes de hierro. Camino al área restringida todo es un tanto futurista. Pasan frente a grandes transformadores y saludan a un gendarme de traje extraño que parece un personaje de la serie televisiva Power Rangers. De inmediato los visitantes están frente a una nave de paredes gruesas de hormigón que, a los 30 años, volverá a nacer.
Para generar electricidad la central utiliza tecnología Candu, con agua pesada y uranio natural. Se encuentra en funcionamiento desde el 81 cuando se terminó el montaje de las turbinas. Pero alcanzó el 100% de su potencia en 1983. Ahora está parada desde el 2015, explica el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, e invita a entrar al interior de la planta cordobesa.
“Hacemos este trabajo para que la central, después de 30 años pueda operar por 30 más cumpliendo con los requisitos de seguridad nacional e internacional y con una eficiencia superior”, dice el presidente de Nucleoeléctrica Argentina, Omar Semmoloni, empresa que controla la planta.
El proyecto de extensión de vida, explican los ingenieros, se estructuró en fases. La primera comenzó en 2005 y determinó la degradación de los materiales, los que se debían intervenir y estableció los costos. En la fase dos, desde 2008 hasta 2015, se hicieron las ingenierías, especificaciones técnicas, contratos, compras y calificación del personal. La tercera fase arrancó el 1 de enero 2016 y está en pleno desarrollo.
En el edificio de contención, antes de llegar a la estructura de hormigón que encierra al reactor hay que seguir algunos pasos. Sacarse la ropa y vestirse con calzones, remeras y medias provistas en el vestuario. A medida que avanzan, primero se pondrán los zapatos. Unos pasos más y se colocan el mameluco amarillo. Luego anteojos, casco y guantes que llegan hasta los codos. Al salir del pasillo, ya con un look de astronautas, ingresan en un espacio amplio y complejo, en el que cada pieza tiene un tamaño descomunal.
“Había que cambiar todos los componentes internos del reactor y los cuatro generadores de vapor. Además, los componentes importantes de área controlada serán sustituidos por los nuevos que fueron fabricados en el país”, dice Semmoloni.
La central fue diseñada bajo el supuesto de que los generadores nunca se iban a tener que reemplazar. Pero en Canadá y Corea del Sur, donde a centrales gemelas se les aplicó el mismo proceso renovando los componentes internos del reactor, sirvieron de ejemplo para pensar en revivir a Embalse.
En Córdoba era necesario, además, el cambio de los generadores y todo indicaba que no sería posible. Consultaron con Candu Energy y otras empresas del rubro, pero las perspectivas no eran buenas para la planta que hoy está por ganar un bonus de otros 30 años.
Sin aceptar un “no” como respuesta, los ingenieros comenzaron a trabajar con profesionales propios y desarrollaron una ingeniería conceptual. Sacar los generadores viejos significaba mover tubos de 140 toneladas y 12 metros, por lo que llegaron a la conclusión de que si fraccionaban la parte superior de los generadores, se podía remover. Para reemplazarlos, por su parte, diseñaron que lo mejor sería “hacerlos en casa”.
Subir las escaleras de hormigón en fila los lleva a la cúspide de la planta desde donde se ven los hierros amarillos. Solo los que no tienen vértigo miran para abajo y descubren la maraña de caños, cables y rieles rojos montados para escena. Entre ellos, la gran máquina roja, es la protagonista del momento: a través de sus rieles se retiran los núcleos a reemplazar.
“Los tubos nuevos se hicieron en Mendoza, en una empresa nacional. En el mundo había solo cuatro proveedores calificados para hacerlos y los hicimos acá. Hoy, FAE es el quinto proveedor y participó de una licitación en India. Mantuvieron competitivo el proyecto y desarrollaron la industria nacional”, dijo Semmoloni.
En la planta, la precisión fue la protagonista del día. La empresa Mammoet, especializada en el traslado de grandes componentes, había hecho realidad el movimiento del primer generador. En una infinidad de movimientos milimétricos habían demorado 24 horas de trabajo y el nuevo equipo ya estaba en su lugar. Los trabajadores se preparaban porque a la noche se iría el segundo.
Gadano y Semmoloni afirman que con un 30% de la inversión y en un tercio de tiempo del que llevaría construir una nueva central, Embalse aportará 684 MW, un 6% más que su capacidad actual.
De nuevo joven, la planta comenzará a funcionar en el segundo semestre. A los treinta y pico, la capacidad de los profesionales argentinos la llevó a redoblar la apuesta.
La central comenzó a funcionar en el 81. Recién en el 83 se desempeñó al 100% de su capacidad. Sumará otras tres décadas de generación eléctrica.
En números
143 millones de megavatios/hora llegó a producir la central, pero está parada desde 2015.
u$s 2.000 millones es el valor aproximado de los trabajos de reparación que realizan en la planta.
Minientrevista: Julián Gadano
P- ¿Qué ocurre con la planta de agua pesada ENSI?
R- La planta hace bien su trabajo, pero tiene un producto complejo. Es una gran planta, pero pensada para un país con muchas centrales Candu. La recibimos parada insumiendo 45 millones de pesos por mes y la pusimos en funcionamiento.
P- ¿Cómo será la demanda de agua pesada a futuro?
R- Tiene varios destinos: para reposición, para Atucha III. Nucleoeléctrica Argentina hace contratos anuales de compra. En principio no se van a ver afectados. Luego puede ser que se vea afectado el contrato de reposición, pero no será grave.
P- ¿Qué papel tendrá el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu para la quinta central?
R- Pilcaniyeu es un sitio estratégico relacionado con el enriquecimiento de uranio para la quinta central. Pero tiene otros destinos, porque es un terreno muy grande de la CNEA.
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