La Alianza Cooperativa Internacional y las Naciones Unidas a través de COPAC (Comité para el Progreso y el Avance de las Cooperativas) definieron conjuntamente que el tema para el Día Internacional de las Cooperativas 2015 será la equidad. El eslogan adoptado para la celebración es «Elija cooperativo, elija equidad».
En nuestro mundo globalizado la inequidad es un fenómeno en expansión. En los últimos años la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres a nivel mundial se ha ampliado. Un estudio reciente del Credit Suisse estima que un 1% de la población es dueña de cerca de la mitad de la riqueza mundial, mientras que, en el otro extremo, la mitad más pobre de la población mundial solo posee un 1% de la riqueza.
Pero la inequidad tiene múltiples maneras de manifestarse. Se expresa a nivel étnico, regional o territorial e incluso en función de ciertas características personales como el género o la edad.
La equidad de género es un rasgo esencial de las cooperativas que ha estado presente desde su propia aparición, allá por la primera mitad del siglo XIX, aún antes que las primeras experiencias de igualdad de los derechos civiles entre hombres y mujeres. El modelo de jerarquía horizontal -característico de las cooperativas- favorece una cultura del trabajo en equipo en la que se privilegia el talento frente al espíritu competitivo.
¿Cómo nos afecta la inequidad?
La inequidad tiene consecuencias importantes porque incide sobre nuestra autoestima y nuestra percepción de la justicia. Todos los seres humanos tienen derecho a la dignidad y a ser respectados. Sin embargo, las situaciones de inequidad existentes tienen efectos negativos graves en el ámbito socio-económico y en el de la seguridad.
– Mala para la economía – La inequidad desacelera el crecimiento del PIB. Impide la acumulación de capital humano y erosiona los posibles avances en materia educativa y en las perspectivas económicas a largo plazo de aquellos sectores que se encuentran en el extremo inferior de la escala de distribución de ingresos.
– Mala para la infraestructura – Cuando las personas son excluidas no logran integrarse en las estructuras que operan como pilares de las sociedades en las que viven. Ejemplos de ello son las dificultades para acceder a las infraestructuras sanitarias, al empleo en las industrias que requieren de personal con formación, al crédito o a los seguros.
– Mala para la seguridad – Los impactos sociales de las situaciones de inequidad incluyen el desempleo, la violencia, la criminalidad, la degradación y el deterioro del capital humano, y la exclusión social. La inequidad afecta negativamente la participación democrática y favorece la corrupción y la conflictividad social.
– Mala para la democracia – A nivel político, la inequidad erosiona la legitimidad de las instituciones democráticas. Agrava las dificultades para que los gobiernos rindan cuentas y se responsabilicen por sus actos. Cuando las instituciones democráticas son frágiles, la inequidad actúa como un desaliento adicional para el desarrollo de una vida cívica y social activa que garantice una toma de decisiones colectiva eficaz, lo que, a su vez, es un ingrediente imprescindible para el funcionamiento de sociedades saludables.
¿Cómo ayudan las cooperativas?
– Propiedad de todos – El modelo singular de propiedad de las cooperativas las ha convertido en una herramienta probada de inclusión económica y social. Si el cooperativismo sigue creciendo la inequidad se reducirá.
– De puertas abiertas – Dado que las cooperativas están abiertas a la participación de todos, cualquier persona –hombre o mujer, viejo o joven- puede ser parte de ellas.
– Poder de decisión independiente de la riqueza – En la medida que cada socio de la cooperativa tiene derecho a un voto, más allá del volumen de su aporte de capital, todos tienen el mismo poder de decisión.
– La equidad también significa un acceso equitativo a los bienes – Las Naciones Unidas han definido que garantizar el acceso a bienes y servicios básicos de buena calidad debe ser una estrategia fundamental a nivel de cada uno de los países, un objetivo que se articula completamente con el propósito esencial de las cooperativas como modelo organizacional.
Las Naciones Unidas han declarado que lo anterior es importante para asegurar que la provisión de los recursos de primera necesidad alcance a los sectores de población generalmente excluidos. Las cooperativas se centran en satisfacer las necesidades de sus socios y no en la obtención de un resultado financiero favorable.
El movimiento cooperativo presenta una combinación única de modelo con alcance mundial y de conducta empresarial enfocada en las personas. Podemos jugar un papel importante en el combate por la reducción de la pobreza. Las cooperativas contribuyen a reducir la inequidad al empoderar a las personas y al ofrecerles una forma digna y sostenible de ganarse la vida.
El Día Internacional de las Cooperativas se celebra el primer sábado de julio de cada año, por lo que en 2015 se conmemorará el sábado 4 de julio. El propósito del Día Internacional de las Cooperativas es aumentar los niveles de concientización sobre la realidad y el papel de las cooperativas y difundir los éxitos del movimiento cooperativo y sus ideales de promover la solidaridad internacional, la eficiencia económica, la equidad y la paz mundial.
También tiene como objetivo fortalecer y ampliar las alianzas entre el movimiento cooperativo internacional y otros actores a nivel local, nacional e internacional, incluidos los gobiernos.
Fuente: www.aciamericas.coop