Muchas veces las cosas suelen ser distintas a lo que el imaginario colectivo supone. Prueba de ello es lo que sucede en la toma Rincón del Valle, comprendida entre la avenida Huilén, Novella y la barda, donde 236 familias regularizaron su situación con el servicio eléctrico hace ya un mes y medio. Allí, la cooperativa CALF constató que el nivel de cobrabilidad de las facturas es de un 95 por ciento, superior al regular que pagan los vecinos de la ciudad, que se ubica en un 86 por ciento.
El dato fue aportado por el presidente de CALF, Carlos Ciapponi, quien por estos días se encuentra trabajando en la tarea de buscar el financiamiento necesario, vía gobierno nacional y provincial, para regularizar la situación de aproximadamente 10.000 hogares ubicados en asentamientos con conexiones ilegales.
«La gente no por ser más humilde no quiere pagar, esto no está definido por el poder económico», apuntó Ciaponi.
El mes pasado, el intendente Horacio «Pechi» Quiroga anunció que tanto este asentamiento como Toma Norte II avanzarán en una urbanización que incluirá viviendas y todos los servicios, además del que ya tienen de CALF. También contarán con espacios deportivos y culturales que se ejecutarán con recursos enviados por el gobierno nacional.
En total, se acordó un aporte de un poco más de 95 millones de pesos que se destinarán a obras y mensuras a lo largo de dos años.
Más obras
Uno de los objetivos que se propuso CALF es resolver el servicio y la distribución eléctrica en todos los asentamientos de la ciudad. Se informó que en los últimos meses se lograron resultados positivos en tres de ellos. El último, en Monte Sinaí (en el barrio Villa Ceferino), donde de los 62 lotes que estaban en situación de regularizar y solicitar el medidor 60 vecinos ya lo hicieron.
«A la gente le interesa el servicio eléctrico. Al estar clandestino se deterioran los electrodomésticos, se perjudica a quienes están en el sistema regular, y lo que buscamos es minimizar este impacto. Además de la pérdida económica, porque nosotros compramos esa energía y se va sin cargo», indicó Ciaponi. Asimismo, la regularización permite la seguridad del usuario, de los vecinos y de la vía pública.
El presidente de la cooperativa sostuvo que si por «CALF fuera, no habría un vecino que no tenga el servicio». Dijo que la burocracia y la excesiva cantidad de normas y requerimientos (ancho de veredas, calles, impacto ambiental y otras cuestiones) retrasan el tema. «Queremos pasar por encima esto y brindar un servicio en forma definitiva», aseguró.
Beneficio: El servicio de los sepelios
Otra de las razones por las que la gente que vive en asentamientos pretende tener una conexión eléctrica legal es para recibir de parte de CALF el servicio de sepelios. Desde el momento en que se empieza a pagar el medidor, por 95 pesos por mes el usuario ya comienza a contar con este beneficio. Y no es un tema menor, dado que si no lo tiene, el costo de un sepelio ronda los 25 mil pesos.
Se necesitan $50 millones para poder regularizar
Para llevar adelante el ambicioso plan que tiene de regularizar el servicio eléctrico en los asentamientos de la ciudad hacen falta cerca de 50 millones de pesos, recursos que CALF está gestionando ante el gobierno nacional en conjunto con las otras cooperativas eléctricas patagónicas. «El Municipio acompaña y la Provincia también. Son momentos difíciles para acceder al Tesoro Nacional pero no será un impedimento. La decisión es ejecutarlas. También tenemos problemas de abastecimiento en Neuquén capital y ahí también necesitamos la terminación de otras obras que son muy importantes», advirtió Ciaponi.
Con la regularización de los asentamientos se resolverá la situación de 10 mil familias, mientras que otros cinco mil usuarios se beneficiarán con las obras que permitan un mejor abastecimiento de energía.
Fuente: www.lmneuquen.com.ar