La llegada del tren: clave para el traslado de la capital

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  • Publicación de la entrada:4 septiembre, 2020
  • Categoría de la entrada:Destacados / Noticias

 

La extensión del ferrocarril hasta la Confluencia fue un punto de inflexión para la historia neuquina.

 

Hay muchas especulaciones en torno al por qué las autoridades nacionales decidieron el traslado de la capital desde Chos Malal hasta la Confluencia. Pero, sin dudas, la llegada del ferrocarril a través del puente ferroviario que permitió cruzar el indómito río Neuquén fue un factor determinante.

Todo había comenzado a partir del aumento de la tensión entre Argentina y Chile, por las pretensiones de ese país sobre el territorio del Tratado de 1881. Ante la posibilidad de un conflicto armado, el gobierno argentino se dio cuenta de la necesidad de construir y mejorar los medios de comunicación y transporte para defender las fronteras. Fue por este motivo que decidió extender el tendido férreo hasta la Confluencia.

La punta de rieles estaba en Bahía Blanca y la prolongación de la línea estuvo a cargo de la empresa británica Ferrocarril del Sud, que en aquel entonces ya contaba con muchas inversiones en Argentina desde 1865. La primera extensión se hizo hasta donde hoy está emplazada la ciudad de Cipolletti y finalmente, con la construcción del puente ferroviario, el tren llegó al paraje Confluencia en 1902.

Pese a la resistencia de los vecinos de Chos Malal, que querían que la capital se quedara en el norte neuquino, Carlos Bouquet Roldán, quien había asumido la gobernación del territorio en 1903, comenzó una serie de tratativas y encuentros para organizar la reubicación de la sede administrativa.

Tanto el mandatario como las autoridades nacionales consideraban que la zona de la Confluencia era estratégicamente mejor que el norte neuquino con la llegada del ferrocarril y que –con la extensión de esta vía de comunicación hacia la cordillera, permitirá un mejor desarrollo y comunicación dentro del territorio.

Bouquet Roldán ya había iniciado gestiones con los propietarios de las tierras del ejido urbano en donde debían emplazarse los edificios institucionales de la nueva capital.

Según la historiadora Orieta Favaro, en su trabajo de investigación “Neuquén, un territorio bifronte”,  las primeras negociaciones se realizaron con tres importantes terratenientes que eran los propietarios de las tierras en Neuquén, obtenidas por el Remate de  compradores que no habían efectivizado la ocupación.

Esos empresarios eran Francisco Villa Abrille, Casimiro Gómez y Ramón López Lecube con quienes se acordó la donación de los terrenos para las calles y espacios públicos de la  futura ciudad. A cambio, el gobierno nacional se haría cargo de la mensura y del loteo del 80 por ciento de los terrenos.

Aunque toda esa división de tierras todavía no se había concretado, el 12 de septiembre de 1904 finalmente se realizó el acto por el cual el pueblo de Neuquén pasaría a ser la nueva capital del territorio.

Para la ocasión, las autoridades neuquinas organizaron una serie de actividades que incluyeron un gran asado popular para los habitantes del pueblo y para recibir al ministro del Interior, Joaquín González, el máximo representante del gobierno de la Nación Argentina.

Recién al año siguiente comenzaría la construcción de la mayoría de los edificios y viviendas programadas para que la nueva ciudad comenzara a dar sus primeros pasos.

 

 

 

Apostillas de un día histórico

Retraso. El tren en el que llegó el ministro Joaquín González y las autoridades invitadas para el acto, se demoró casi tres horas. Cuando la formación arribó a la estación de Neuquén se tiraron bombas de estruendo de bienvenida, aunque ya eran las 3 de la mañana.

Hospedaje. Como en el caserío no había hoteles para darle alojamiento a todos los visitantes, los funcionarios tuvieron que dormir en los vagones del tren que fueron acondicionados para tal fin.

Festejos. El gran asado criollo se llevó a cabo el mediodía del 12 de septiembre debajo del puente ferroviario y cerca del río. Para festejar, hubo bailes populares y canciones interpretadas por la banda del Ejército que también había arribado en el tren.

Industria. La primera visita que realizó el ministro del Interior Joaquín González fue a una fábrica de ladrillos que recientemente se había puesto en funcionamiento. Esa empresa sería clave para la producción de materiales destinados a la construcción de edificios y viviendas.

Poco tiempo. La visita de las autoridades nacionales invitadas para el día del acto por la nueva capital duró tan solo 14 horas. Los huéspedes llegaron a las 3 de la mañana y regresaron a Buenos Aires a las 16 del ese mismo día.