Los sectores La Roca y La Familia todavía no tienen los servicios.
Están enganchados del servicio de electricidad y también del de agua potable, no tienen cloacas y en invierno se mueren de frío por la falta de gas. Así se vive en las tomas La Familia, de barrio Belgrano, y La Roca, de Melipal, dos asentamientos informales de la ciudad que, a pesar de haber sido incluidos en los planes gubernamentales de regularización hace más de un año, aún no ven el progreso prometido.
En 2018, el Concejo Deliberante convirtió diez tomas en barrios, con el objetivo de sentar las bases para que, posteriormente, las autoridades municipales y provinciales puedan llevarle a cada vecino los servicios básicos y la tenencia de su tierra.
Cambios insignificantes
Sin embargo, en algunos sectores de la ciudad apenas hubo cambios. Tal es el caso de La Familia, donde el único ente que se acercó para comenzar con los trabajos fue la cooperativa CALF.
“Tengo entendido que les propuso a los vecinos colocar un medidor comunitario para que paguen menos”, puntualizó el presidente de la comisión vecinal de Belgrano, Miguel Bazán.
El vecinalista consideró que la colocación de los medidores sería un gran avance ya que, por la gran cantidad de conexiones clandestinas que tiene el sector, se produjeron incendios y hasta hubo personas electrocutadas.
Al respecto, Gustavo Gómez, un vecino, coincidió con Bazán y agregó que el personal de CALF ya habló con los vecinos para colocar los pilares, por lo que esperan que pronto puedan regularizar su situación. En tanto, señaló que no saben cuándo comenzarán con los trabajos de agua, cloacas y gas.
En las condiciones actuales, pasan días enteros sin agua. “El servicio se corta muy seguido. Esta semana tuvimos agua solo dos días”, comentó.
La situación es similar en La Roca, donde en la mañana de ayer estaban colocando los postes del alumbrado público.
Erika Lillo, una vecina, contó que el EPAS fue a conectar las viviendas a la red de agua potable, pero que terminó haciendo “un desastre”. “El día que largaron el agua, se reventó el caño. Como no venían a arreglarlo, lo repararon los vecinos”, dijo.
Precisó que tampoco tienen gas, por lo que en el invierno sufren el frío, mientras que señaló que no pueden fiarse de las estufas eléctricas porque, al estar enganchados, se les corta la luz y corren el riesgo de que se les quemen los electrodomésticos.
Si bien el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU) ya comenzó con las mensuras dominiales, se encontró con la resistencia de un puñado de vecinos, quienes se niegan a modificar los límites de sus terrenos. “Falta ordenar un poco los lotes, porque la mensura requiere que algunos vecinos se corran de donde están, pero no quieren saber nada”, confió un vecino de La Familia.
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